Tras el cumplimiento de 3 meses de declaratoria de emergencia sanitaria; los extensos periodos de aislamiento preventivo, y en sí, la adopción de medidas de prevención permanentes como el uso del tapabocas permanente; el lavado de manos y el aislamiento físico. La población, especialmente los jóvenes estarían presentando comportamientos derivados de la denominada fatiga de precaución.

“Diferentes expertos, especialmente de Estados Unidos han observado que después de estar en periodos largos de confinamiento, o con medidas estrictas como las que se han tomado en esta emergencia sanitaria. Algunas personas pueden comenzar a experimentar fatiga frente a las condiciones de seguridad“, señala el Ministerio de Salud.

Según explica Nubia Bautista, subdirectora encargada de Enfermedades No Transmisibles del Ministerio de Salud, esto se refleja en la disminución de la motivación por el autocuidado. Es decir, las personas se cansan de ser cautos y de prevenir, en este caso el contagio del COVID-19.

“En este sentido las personas se vuelven insensibles a las advertencias porque su cerebro se ha adaptado a las alarmas de prevención de manera repetida, y comienzan a prestarle menos atención, iniciando un proceso de no respuesta o ignorándolas”, dijo la funcionaria.

¿Cómo no cansarnos de auto cuidarnos?

Bautista afirma que, es ideal centrarse en aspectos que brinden una sensación de fortaleza física y emocional tales como:

– Hacer ejercicio.

– Alimentarse bien.

– Establecer metas alcanzables en medio de la crisis.

– Dormir lo suficiente.

– Consumir suficiente agua.

– Evitar el consumo de alcohol.

– Revisar que ñas fuentes de información sean confiables.

– Mantenerse conectados socialmente.

– Encontrar formas de aliviar el estrés.

– Concentrarse en pequeños momentos de la nueva rutina.

– Medir el riesgo y los beneficios de las decisiones.

– En caso de sentir malestar emocional comunicarse a la línea 192- opción 4

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