No ha habido manifestaciones vallenatas en público por regir la cuarentena y solo se escuchan sus canciones en emisoras y canales locales.

Así han transcurrido en Sucre los tres años de la muerte de Martín Elías Díaz Acosta, cuya vida se apagó el 14 de abril en Sincelejo tras un accidente de tránsito en la Transversal del Caribe, a pocos kilómetros del municipio de San Onofre.

Si no hubiera aislamiento preventivo, quizás los seguidores del joven intérprete y de su padre habrían hecho sonar desde sus vehículos en movimiento los éxitos de uno de los consentidos del Cacique de La Junta.

Aquel 14 de abril fue Viernes Santo, día que casi se ubica otra vez en la Semana Mayor, pero, igual, cada día en que se conmemora la muerte de Cristo, y sin importar el número, las redes recuerdan al cantante que se despidió de este mundo a los 26 años.

Ese día, como pocos en la historia reciente de Sincelejo, una multitud se manifestaba con coros en favor de la salud del autor de El terremoto.

Afuera de la clínica donde falleció, esos cantos tuvieron un dejo de dolor cuando el cuerpo médico dio la triste noticia al país.

A Sucre y a Colombia le quedaron enseñanzas de aquel suceso luctuoso para la música de acordeón, como la urgente necesidad de adecuar el precario hospital de San Onofre donde Martín recibió la atención primaria.

También la prudencia que se debe tener en la vías, pues la Fiscalía encontró que el conductor del cantante debía ir a juicio por el exceso de velocidad que causó el volcamiento y expulsión de Martín de la camioneta, y no menos cierto, que el Estado había hecho poco por mantener en buenas condiciones la agrietada vía donde ocurrió el infortunio.

Dayana Jaimes, esposa de Martín y madre de su hija menor, escribió en su cuenta en Twitter un breve pero significativo mensaje a quien fue su compañero de vida.