EL RECREO

Investigación auspiciada por Colciencias para tratar el cáncer gástrico.

En 2018 aproximadamente 5.500 personas murieron de cáncer gástrico en el país. La investigación, financiada por Colciencias, busca atacar las células cancerígenas a través de un fármaco empleado desde hace 30 años para la diabetes tipo II.

En 2018, según cifras de Globocan (Global Cancer Observatory (GCO), más de 5.500 colombianos murieron víctimas del cáncer gástrico. Aunque el cáncer gástrico no es el de mayor incidencia en Colombia, sí es el que más muertes causa. ¿La razón? Según el Instituto Nacional de Cancerología (INC), el 70 % de los pacientes son diagnosticados cuando la enfermedad ya se encuentra en una etapa avanzada.

“Una cosa es el puesto que lo ubica en cuanto a frecuencia, que eso se denomina como incidencia, es decir, el valor que usualmente se expresa por cada 100.000 habitantes. Pero en los puestos en tasa de muertes el cáncer gástrico es el primero, y esto pasa porque es un tumor muy agresivo”, señala el doctor Raúl Eduardo Pinilla, coordinador gastroenterólogo del INC.

Para el doctor Pinilla la razón del aumento de las cifras de muertes por cáncer gástrico se debe principalmente a la falta de prevención, pues en Colombia aún no existe una política de salud pública que refuerce el diagnóstico temprano de esta enfermedad. “Dependiendo del momento en el que se diagnostique el cáncer, la capacidad de curarlo varía. Si es un tumor que es temprano o incipiente solamente con métodos endoscópicos se puede curar. Ya después se requiere cirugía, y si estamos hablando de un cáncer metastásico, ni las cirugías lo pueden curar”.

 

Sin embargo, desde 2016 la Fundación Cardiovascular de Colombia (FCV), ubicada en Bucaramanga, se ha dedicado a investigar caminos para combatir el cáncer gástrico en un país como Colombia. “Escogimos el cáncer gástrico porque en las cifras nos dimos cuenta de que va en aumento en Colombia, y eso se debe, por ejemplo, a que en regiones como la mía (Santander) se acostumbra a comer la carne extremadamente asada, también se utilizan altas concentraciones de sal o el alto consumo de alcohol hacen que se incremente la tasa de este tipo de enfermedades gástricas”, señala Giovanni Lineros Franco, magíster en ciencias biomédicas y quien presentará esta investigación como su tesis de doctorado en ciencias biomédicas.

La investigación, financiada por Colciencias y la FCV, podría llegar a ser una “alternativa” dentro de los tratamientos que usualmente se usan para combatir el cáncer ya diagnosticado en una fase avanzada. ¿La razón? Aunque en efecto utiliza un compuesto químico que ataca las células cancerígenas, como lo hace una quimioterapia regular, este nuevo método atacaría únicamente la mitocondria de la célula para evitar que crezca, se desarrolle y se reproduzca. “Esta es una alternativa que consideramos que es selectiva, pues no afecta los tejidos sanos y por eso no es tan agresiva. La quimioterapia, por lo general, no discrimina células, ella mata lo que encuentra a su paso. Nosotros esperamos ofrecer un tratamiento que vaya directamente a las células cancerígenas sin afectar su entorno”, señala Lineros.

¿En qué consiste?

La investigación, que hasta ahora se encuentran en la fase in vitro, se ha probado en células de cáncer gástrico llamadas AGT y Katoiii, a las que se les ha suministrado un microcompuesto basado en un medicamento que se usa desde hace más de 30 años para los pacientes que padecen diabetes tipo II: la metformina.

El uso de la metformina como una posible solución para disminuir o detener el cáncer ha sido explorado ya. En noviembre de 2019 fue publicada en la revista Nature Communications un estudio desarrollado en Finlandia por investigadores de la Universidad de Helsinki, quienes utilizaron la metformina y el venetoclax, un fármaco empleado regularmente para la leucemia, en pacientes con células tumorales de cáncer de mama.

Según explicó el autor principal de la investigación, Juha Klefstrom, la utilización de los dos componentes generó muerte celular, conocida como apoptosis, en la que el mismo organismo se destruye al no poder controlar su desarrollo y crecimiento. En las pruebas, la utilización de ese coctel de medicamentos bloqueó el crecimiento del tumor en modelos animales con cáncer de mama. Sin embargo, los investigadores con el tiempo descubrieron que el tratamiento con metformina más venetoclax solo mantenía los tumores controlados y una vez que se detuvo el tratamiento los tumores volvían a crecer.

Otra investigación, publicada en 2018 en la revista Cell Reports, reafirmó también los resultados positivos que tendría la metformina combinada con el syrosingopine, un medicamento antidepresivo, pues al utilizarse juntos llegaron a detener la producción de energía de la mitocondria, lo que finalmente conducía a la muerte de las células malignas.

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