EL RECREO

es malo besar a su mascota?

Un estudio realizado a 20 mascotas, entre perros y gatos, dio una muestra de qué tan peligrosos pueden ser los microorganismos que se alojan en la boca de su mejor amigo.

Con el pasar del tiempo, las relaciones entre humanos y mascotas se han vuelto más estrechas y cercanas. Los animales de compañía han pasado a ocupar un lugar clave en el hogar y son considerados un miembro más de la familia. Esto ha generado que el trato y la interacción hacia ellos incluyan demostraciones típicas de amor como abrazos y besos. Esto motivó a los investigadores de la Universidad Manuela Beltrán a hacer un análisis microbiólogo en la boca de perros y gatos, a fin de conocer cuáles son las bacterias que se encuentran en este lugar y si podrían representar un riesgo para los humanos.

El estudio consistió en un muestreo de la cavidad oral y de los recipientes de comida de veinte mascotas. Entre los resultados más significativos se encontró en el hocico de perros y gatos la presencia de enterobacterias (Escherichia coli y Gram negativas fermentadoras), llamadas así porque que viven normalmente en la flora intestinal de los animales de sangre caliente. Además, en los recipientes de alimento, se encontraron bacterias (Staphylococcus aureus), que habitan normalmente en las mucosas de la piel. Pero no se trata de una cuestión animal, pues todos estos microorganismos también habitan en el cuerpo humano.

Según la microbióloga Andrea Cortés, docente del programa de Enfermería de la Universidad Manuela Beltrán, las enterobacterias pueden trasladarse desde la flora intestinal hasta el hocico del animal debido a los hábitos y patrones propios de la especie como, por ejemplo, el olfateo y la exploración de excremento cuando los sacan a pasear.

Pero ¿qué tan peligrosos son estos microorganismos para un tenedor de mascotas que fácilmente podría tener un contacto directo a través de besos o lengüetazos? La experta asegura que, normalmente, estas bacterias no causan enfermedades a las personas ni a los animales.

Sin embargo, el riesgo sí existe para aquellos que tengan el sistema inmune comprometido; es decir, que estén atravesando por procesos como quimioterapia, que tengan enfermedades como VIH, se hayan practicado trasplante de órganos, o cualquier situación pueda estar vulnerando su sistema inmunológico. En estos casos específicos se recomienda prudencia en la relación física con la mascota y practicar una asepsia especial, ya que estas bacterias, como cualquier otra, pueden ser patógenas oportunistas y causar enfermedades aprovechando la vulnerabilidad del cuerpo.

 

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