El psicólogo ibaguereño Xavier Pérez Morales, habló sobre estos temas que aquejan a los tolimenses, y dio algunos consejos sobre cómo combatir la depresión, especialmente en los menores de edad.

“Vivimos en un momento de la historia donde la tecnología y los estilos de vida están referenciados al aislamiento, al encierro y la disminución de las relaciones interpersonales, así como al agotamiento de la comunicación dentro de los núcleos familiares, por lo que es bueno que podamos identificar cuándo un niño o un adolescente presenta ciertas conductas puntuales”, afirmó.

Algunas de estas pueden ser encerrarse, no hablar mucho o generar estados en sus redes sociales relacionados a temas de muerte, que pueden ayudar a identificar que el niño, joven o adolescente está enfrentando rasgos o indicadores de depresión o ansiedad.

“Inclusive en ocasiones estas actitudes suelen ser vistas como normales o hereditarias, pero realmente puede ser un proceso traumatológico de trastorno que puede llegar a convertirse en una conducta suicida”, agregó.

Por lo que el especialista compartió algunas recomendaciones para prestar atención a este tipo de situaciones.

Es ideal que en el plan de seguimiento de desarrollo y crecimiento de los niños se incluya el de salud mental a partir de los tres años .

“Por lo general en Colombia ese examen se hace para saber cuánto mide, pesa y cómo están nutricionalmente, así que en este examen se puede determinar cómo está su edad cronológica versus su edad empírica y emocional, ese es un muy buen apoyo que nos permite tener un punto de partida de qué podría estar pasando tanto psicológica como emocionalmente con un menor de edad”.

También es recomendable compartir más espacios en común dentro del hogar, ya sea a través de juegos tradicionales o lecturas, así como tener respeto por los espacios íntimos como sentarse a cenar u ofrecer un gesto o abrazo antes de ir a dormir y así generar una confianza familiar de apego y afectividad.

Otro consejo es acercarse a los espacios vitales que ellos tienen, por ejemplo el de amigos o escolares, donde pueden pasar por experiencias negativas que se pueden desconocer.

“Es increíble que en el Tolima encontramos estudiantes de grado 11 que no saben qué estudiar y no les interesa que va a continuar con sus vidas, creo que eso lo debemos trabajar desde los primeros años”.

El hacer el acompañamiento correcto en un proceso de duelo es fundamental para que el dolor no desemboque en síntomas depresivos.

“Es muy importante que las familias puedan tener unos procesos de acompañamiento del duelo y luto, en ocasiones todo va bien hasta que tal vez puede fallecer algún ser querido y no desarrollamos la habilidad de tolerar la pérdida o la frustración. Esos duelos que no son acompañados se guardan e interiorizan y se anclan a la depresión”.

Igualmente debe suceder en el caso de las separaciones, lo correcto es que haya un acompañamiento sicológico.

Además de esto, es importante estar atento a señales. Algunas pueden ser cuando se manifiestan frases como ‘no quiero vivir’, ‘por qué nací’, ‘por qué me tuviste’ o ‘yo soy el culpable de todo lo que está pasando’, e incluso cuando la persona no manifiesta nada sino que al contrario se aisla y comienza a presentar rasgos de inapetencia, dificultad para conciliar el sueño, de tener pesadillas o alteraciones nocturnas.

También se debe prestar atención a los cambios en su tono físico y semblante, cuando esto sucede es importante sacar una cita con entidades de salud para revisar si se trata de un trastorno, una disminución de su energía o una afectación emocional.

Según Pérez la manera correcta es escuchando, “con el niño o adolescente no debemos generar una presión del metalenguaje (cantaleta o gritos repetitivos), porque ellos vienen con una configuración muy diferente a la nuestra en la que dan por hecho y entendido muchas cosas. La molestia de la repetición les genera microtensión, rebeldía y respuestas inesperadas, el consejo es tratar de escuchar sin calificativos y sin prejuicios para así tratar de entender qué es lo qué está pasando”.

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